Que es la santa cena
El bautismo junto con la Santa Cena, son, las dos únicas ordenanzas (o sacramentos) establecidos por el Señor Jesucristo en su Palabra. El bautismo es un acto de testimonio donde decimos “Cristo vive en mí”, “tengo vida nueva”. La Santa Cena (también llamada Cena del Señor), es una ceremonia de recordación donde decimos “él murió por mí”. Igual que con el bautismo, la Santa Cena no es esencial para la salvación sino que existe debido a la salvación.
La Santa cena puede ser definida como un acto de adoración cristiana instituida por El Señor Jesús en la víspera de su muerte en la cruz por nosotros. Esta consiste en la participación del pan y del vino, los cuales nos recuerdan el sacrificio de Cristo por nosotros.
1. ¿QUIÉN LA INSTITUYO?
La instituyó el mismo Señor Jesús. No es simplemente una tradición de la iglesia, o una invención de los apóstoles. Es una orden del Señor Jesús, quien dijo: “Hagan esto…”
2. ¿PARA QUE LO HACEMOS?
- A. Dice Lc.22:19 que debemos hacerlo “en memoria de El”. ¿Qué quiere que recordemos el Señor? Quiere que recordemos su muerte en la cruz y todos los beneficios que obtenemos al apropiarnos por fe, de lo que El hizo por nosotros.
- B. Para proclamar como familia en Cristo, la muerte del Señor hasta que el venga. Leamos (1 Corintios 11:26) . El quiere que le anunciemos, que le digamos a las personas que nos rodean, familiares y amigos, que: Cristo murió por nosotros y volverá otra vez.
3. ¿HASTA CUANDO DEBEMOS HACERLO?
Hasta que El regrese. Revisa
4. ¿POR QUÉ USAMOS PAN Y VINO?
Jesús escogió y habló sobre estos dos elementos, el pan y el vino, para que nos sirvieran como símbolos de su cuerpo y su sangre. Pero no son simples símbolos, es lo que representan lo que le da sentido.
Ejemplo:
No podemos tomar una bandera y decir que es simplemente un pedazo de tela. Es un pedazo de tela sí, pero es mucho más que eso, es una bandera que representa un país, que conlleva un significado de honor nacional y de fervor patriótico.
Cuánto más. cuando pensamos que el pan y el vino están representando el cuerpo y la sangre de Cristo que se derramo en nuestro favor, esto nos debe llevar a una mayor reverencia cuando nos acercamos a la mesa del Señor.
El pan nos recuerda la encarnación; es decir que Dios se hizo carne, se hizo hombre en la persona de Jesucristo, como dice el apóstol Juan; el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros (Jn. 1:14). Por otro lado nos recuerda la expiación; es decir que el Pan de Vida (Jn. 6:35a) fue partido, quebrado en la muerte, en lugar de nosotros, pecadores.
El vino nos representa la sangre de Cristo, que nos da seguridad. “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre…” Lc.22:20b. En épocas antiguas, la forma más solemne de realizar un acuerdo, era el pacto de sangre, sellado o firmado con la sangre del sacrificio que se hacía.
Ejemplo:
El pacto hecho con Israel en el Monte Sinai fue un pacto de sangre. Después que el Señor sentara sus condiciones, y el pueblo las hubiera aceptado, Moisés tomó un tazón lleno de sangre del sacrificio y roció la mitad de ella sobre el altar del sacrificio, significando que Dios se comprometía a cumplir con su parte del acuerdo, luego derramó el resto de la sangre sobre el pueblo obligándolos o comprometiéndolos a cumplir su parte del trato,[bg_collapseview=”link” color=”#2b96c9″ expand_text=”(Exodo24:3-8 ) ” collapse_text=”(Exodo24:3-8)” ] Después Moisés descendió y le repitió al pueblo todas las instrucciones y ordenanzas que el Señor le había dado, y todo el pueblo respondió a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha ordenado». 4 Entonces Moisés escribió cuidadosamente todas las instrucciones del Señor, y temprano a la mañana siguiente se levantó y construyó un altar al pie del monte. También levantó doce columnas, una por cada tribu de Israel. 5 Luego envió a unos jóvenes israelitas a presentar ofrendas quemadas y a sacrificar toros como ofrendas de paz al Señor. 6 Moisés dejó escurrir la mitad de la sangre de estos animales en unos tazones; la otra mitad la salpicó sobre el altar. 7 Luego tomó el libro del pacto y lo leyó al pueblo en voz alta. Una vez más todos respondieron: «Haremos todo lo que el Señor ha ordenado. Vamos a obedecer».8 Entonces Moisés tomó la sangre de los tazones y la salpicó sobre el pueblo, mientras declaraba: «Esta sangre confirma el pacto que el Señor ha hecho con ustedes al darles estas instrucciones[/bg_collapse]
El nuevo pacto instituido por Cristo es un pacto de sangre. Dios ha aceptado la sangre de Cristo
El pan y el vino NO se convierten en el cuerpo y en la sangre de Cristo. Son símbolos que por lo que representan deben ser tratados con toda solemnidad.
Por otro lado, es importante resaltar que no tienen que ser exactamente pan y vino. Recordemos que los elementos no tienen nada mágico, ni ningún poder en sí mismos. Es la actitud con la que nos acercamos la que trae bendición a la vida del creyente. A Dios le interesa la actitud de nuestro corazón. La tomamos como símbolo y resultado de nuestro arrepentimiento, no como algo que me limpia.
5. ¿QUIÉNES PUEDEN PARTICIPAR?
Tiene que ser una persona que haya tenido un encuentro personal con Jesucristo, que haya experimentado lo que es nacer de nuevo, y que por tanto sea un hijo de Dios.