¿Que es la santidad?
La santidad es semejarnos a Cristo. No es una cosa, es una persona, Cristo. Es amar a Dios por encima de todo y con todo nuestro ser y a nuestro prójimo. Jesucristo mismo es la mejor definición de santidad, por cuanto él amaba a su padre y a su prójimo.
2. NO SIEMPRE TODO ES DIGNO DE PARECERSE O IMITARSE.
2.1 Dios quiere acercarse al hombre y cuando lo logra, lo primero que hace es santificarlo. Por tanto, la santidad del hombre es condición indispensable de la relación entre Dios y el hombre.
2.2 Cuando el hombre se convierte a Dios, participa de la naturaleza espiritual de Dios.
Acerca de los que reciben a Cristo, Juan escribió: “Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado” (Jn. 1:13).
Dios nos participa de su naturaleza. Dios es santo y quiere que asimilemos en nuestro ser esa cualidad suya.
Por eso Dios nos santifica en Cristo a través del Espíritu Santo. Nos aparta en Cristo y nos pide que perfeccionemos el carácter de Cristo en nuestro diario vivir, Haciendo morir las costumbres que practicábamos y comenzando a vivir en la forma que nos lo exige el Espíritu Santo.
Este es el gran reto: Santificarnos cada día, acercándonos cada día a la vida de santidad que vivió Cristo y dar testimonio de nuestra santidad a otros.
3. LA SANTIFICACIÓN. UN DESAFÍO PARA TODO CRISTIANO.
- Somos elegidos para ser Santos. Desde antes de la creación del mundo Dios nos escogió en Cristo, para estar consagrados a Él sin culpa (Efesios 1: 4).
- Somos llamados a una vida santa. No a vivir en impureza, sino consagrados a Él (1 Ts.4:7).
- Debemos vivir vidas santas. En paz con todos, pues sin la santidad, nadie podrá ver al Señor. Por lo tanto ser santos no es una opción.
Tampoco es una condición para la salvación, de ser así eso seria la salvación por obras y contrario a lo que dice la Palabra. (Ef. 2:8-9).
Dios ha llamado a cada cristiano a que lleve una vida de santidad. El punto de referencia no son los otros cristianos, sino EL:
Al contrario, vivan de una manera completamente santa, porque Dios, que los llamó, es santo; pues la Escritura dice: “Sean ustedes santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1:15-16).
- Debemos servir a Dios en santidad. Manteniéndose limpios de todo lo que pueda mancharlos en el cuerpo y en el espíritu (2 Co.7:1).
- Seremos presentados ante Dios. Mediante la muerte de Cristo, consagrados a El sin mancha ni culpa (Col. 1:22).
4. ¿QUÉ ES SER SANTOS?
Ser santo es estar separado del pecado (limpio, puro) y, por lo tanto, consagrado a Dios.
5. ¿CÓMO LLEGAR A SER SANTOS?
- Estando unidos a Dios. El nos da todo su poder y fuerza (Ef.3:16-20).
- Mediante la Palabra de Dios. Consagrados a Él por medio de su Palabra (Jn. 17:17-19).
- Mediante la obra de Dios. El nos conserva sin defecto alguno (1Ts.5-23).
- Mediante la obra de Espíritu Santo. (2 Ts.2-13) y (1 P.1-2).
- Mediante la resistencia al pecado. (1 Ts.4:3-7).
Sin embargo, para lograr la santificación es necesario un acto de gracia de parte de Dios.
El proceso de santificación nunca termina, seguimos siendo conformados a la imagen de Cristo, cada día de nuestra existencia aquí en la tierra. La idea de que no hay crecimiento después de la Santificación es falsa.
6. ¿EN QUÉ CONSISTE NUESTRA PARTICIPACIÓN EN LA SANTIFICACIÓN?
Al igual que en la llenura del Espíritu Santo, nuestra participación en el proceso de Santificación, requiere de una serie de pasos que nos conducen a ella:
Paso No. 1: Confesión (1Jn. 1:9).
Paso No. 2: Obediencia (Hch. 5:32).
Paso No. 3: Negarse a sí mismo (Mt. 16:24-25).
Paso No. 4: Entregarse. (Ro. 12:1).
Paso No. 5: Fe: (Hch. 15:8-9).
7. ¿CÓMO LOGRAR LA SANTIDAD EN NUESTRA MENTE Y EN NUESTRO CUERPO?
Manteniendo control sobre nuestros cuerpos fisicos y nuestros deseos, porque nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y debemos glorificar a Dios con él.
No entregando nuestro cuerpo al pecado. Por el contrario convirtiéndolo en un instrumento para hacer lo bueno (Ro.6:13). Si permitimos que nuestro cuerpo tome las decisiones y le obedecemos, lo fisico puede destruir cada dimensión de nuestra personalidad, nuestra vida emocional será entorpecida y nuestra vida espiritual asfixiada y atrofiada.
Nuestro pensamiento es tan importante para Dios como nuestras acciones (Sal.39:1-4):
Nuestra mente debe ser tan clara como nuestras acciones (1 S.16:7)
Es en la mente donde comienza a elaborarse el pecado (Pr.4:23) y (Mt.5:27-28).
“Al contrario, uno es tentado por sus propios malos deseos, que lo atraen y lo seducen. De estos malos deseos nace el pecado; y del pecado, cuando llega a su completo desarrollo, nace la muerte” (Stg. 1:14-15).
“Quien siembra una idea cosecha un acto,
Quien siembra un acto cosecha un hábito,
Quien siembra un hábito cosecha un carácter”.
La Santidad comienza en nuestras mentes y trabaja a través de nuestras acciones.
Nuestras mentes deben estar libres de inmoralidad sexual, celos, discordia, envidia, carácter critico, venganza, amargura (Ef.5:3-4; Fil.4:8; Ro. 12:1-2; Ef.4:23; 1. P.1:4).
8. CONCLUSIÓN.
Es la atracción que sentimos de pecar contra Dios. Es la posibilidad que tiene el hombre de elegir: Hacer lo bueno: Lo que a Dios le agrada. O Hacer lo malo: Lo que Dios aborrece (el pecado)
Esto quiere decir que el hombre tiene la facultad de decidir ente ser obediente o pecar. Esta posibilidad la tuvo Adán y optó por desobedecer, es decir pecar.
La tentación como tal no es pecado.
Siendo esta (la tentación) la presión que sentimos a cometer un pecado, debemos enfrentarla rápidamente y con decisión para que no concluya en una caída frente a Dios (el pecado). Una actitud apática ante la tentación da como resultado el pecado en nuestras vidas.
10. LA FUENTE DE LA TENTACIÓN
Dios no nos tienta al pecado (Stg. 1:13). El no siente tentación por lo malo. El no tienta a nadie al pecado. Satanás es quien atrae al pecado, Gn.3:1-4; Job 1: 6-12; 1 P.5: 8; Mt.4:1-11; Hch.5:1-3.
Cristo fue tentado por Satanás. ¿Qué podemos esperar nosotros?
10.1 Definamos quien es Satanás:
Significa “enemigo o adversario”.
Ser espiritual, llamado también “tentador”, ángel acusador.
Enemigo de Dios y nuestro.
Es astuto, engañador, calumniador, acusador y destructor.
Su táctica consiste en tentar, acusar, desanimar y devorar.
Satanás busca hacernos sentir culpables y acusarnos de haber sido tentados, cuando la tentación no es un pecado.