SEGUNDA PARTE DE LOS SÍMBOLOS DEL TABERNÁCULO

El altar de incienso.
En este altar se quemaba incienso y perfumes que aromatizaban el tabernáculo. El humo atravesaba la división entre el lugar santo y el lugar santísimo, llegando hasta el Arca del pacto donde estaba la presencia de Dios.
En el Nuevo Testamento se nos muestra que las oraciones llegan delante de la presencia de Dios en el cielo como un olor grato.
Cuando oro mis palabras van hacia Dios
A Dios le encanta escucharme, por eso la oración es una oportunidad maravillosa para hablarle y expresar todo lo que hay en mi corazón.
Me llena de gozo ver la respuesta de Dios haciendo milagros y obrando de manera sobrenatural sobre nuestras vidas.
Dios escucha las oraciones sinceras y simples.
No debo usar palabras sofisticadas o muy religiosas, tampoco repetirle muchas veces la misma palabra o frase para que Dios me escuche. Debo hablarle a mi Padre de manera sincera y sencilla.
Tienes una oportunidad maravillosa de ver a Dios manifestándose en tu vida a través de la oración.
Un ultimo elemento en el lugar santo es
La mesa de los panes de la proposición.

El Señor Jesucristo instituyó una cena que incluye pan sin levadura y jugo de uva para que le recordáramos y adoráramos cada vez que nos reuniéramos con nuestros hermanos.
Los cristianos participamos constantemente de la cena
La cena recuerda que el Señor Jesucristo entrego su cuerpo por mi
Cuando comemos del pan, conmemoramos que Jesús dio su vida por amor a nosotros, en un sacrificio en el que su cuerpo padeció para pagar por nuestros pecados.
La cena me recuerda que el Señor Jesucristo derramó su sangre para hacer un pacto conmigo.
Cuando bebo el fruto de la uva conmemoro que la sangre de Cristo fue derramada para limpiarme del pecado y restaurar mi relación con Dios. La cena es un momento de gran reverencia y agradecimiento que me debe llevar a examinar como está mi relación con Dios.
El participar de la cena debe ser un momento de suprema adoración.
Los primeros cristianos no aplazaban, ni se perdían la oportunidad de celebrar la cena, para ellos era un privilegio que no se querían perder.
Antes de mirar el último lugar del tabernáculo, debemos mirar un punto importante.
El tabernáculo era sostenido con lo que el pueblo daba.

Las ofrendas y los diezmos
El pueblo traía ofrendas de todo tipo para construir el tabernáculo, y una vez construido daban para el mantenimiento del mismo y para la provisión de los que servían en él. Por otro lado, traían ofrendas de adoración que eran sacrificadas en el altar.
Las ofrendas y los diezmos ayudan al sostenimiento de la obra de Dios.
El pueblo de Israel sabía que se debía a Dios por haberlos liberado de la esclavitud de Egipto. Además de la adoración en las diferentes formas en el tabernáculo, ellos traían sus ofrendas y sus diezmos para sostener la obra de Dios.
Hay muchas referencias en el Nuevo Testamento a ofrendar y diezmar. Al dar estamos agradeciéndole a Dios por liberarnos de la esclavitud del pecado y también le damos gracias por su provisión al darnos el sustento y el abrigo. El dar no debe ser una obligación sino un acto de adoración y agradecimiento al Señor.
Las ofrendas y los diezmos proveen para el sustento de los que sirven a Dios
Dios nos pide que demos para su obra y que ayudemos a los que predican el evangelio, ya que ellos se esfuerzan para que el reino de Dios se siga expandiendo.
Es un mandato de Dios sostener a los siervos de Dios, pero, también es importante que los lideres sean transparentes en el manejo del dinero, que se invierta en expandir el reino y que se rindan cuentas del trabajo y de las finanzas de la iglesia. Los lideres de la iglesia deben velar porque los recursos se estén usando de manera correcta y no para establecer su propio reino.
Con las ofrendas y los diezmos adoro a Dios
En toda la Biblia se habla de la importancia de adorar a Dios con nuestros recursos, pues Dios quiere que demostremos que por encima de cualquier bien material prima nuestra adoración a Él. Hay muchas promesas de bendición de parte de Dios cuando damos, pero nuestra motivación para dar no debe ser para esperar a recibir.
Nuestra motivación para dar debe ser nuestro amor y obediencia a Dios.
3. El lugar santísimo
Este lugar era considerado de mucha solemnidad y reverencia porque la presencia de Dios estaba allí, por esa razón el sumo sacerdote era el único que podía entrar.

El arca del pacto
El arca era un gran cajón de oro, con la figura de dos querubines. En medio de ellos estaba la tapa del arca, llamada propiciatorio donde estaba la presencia de Dios. El arca contenía en su interior la vara de Aron, el maná y las tablas de la ley, como un testimonio de lo que Dios había hecho con su pueblo.El sumo sacerdote ofrecía un sacrificio y entraba una vez al año para rociar la sangre del sacrificio sobre el propiciatorio por sus pecados y los pecados del pueblo.
El tabernáculo representa a el cielo
Este pasaje debe llenarnos de emoción y agradecimiento pues Jesús derramo su sangre delante de la presencia de Dios, para redimirnos una vez y para siempre del pecado. Ya no necesitamos mas sacrificios pues Jesús pago el precio.
Hemos aprendido en el nivel 1, que Dios hizo hasta lo imposible para tener una relación con nosotros. En este nivel 2, aprendimos que hay varios hábitos que nos ayudan a crecer y mantener nuestra relación con Dios. Por lo tanto, debo comprometerme a ser disciplinado en mi andar diario para cultivar mi relación con Dios y congregarme para seguir adorando.
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