Algunos fariseos se acercaron a Jesús y, para tenderle una trampa, le preguntaron si al esposo le está permitido divorciarse de su esposa. 3 Él les contestó:—¿Qué les mandó a ustedes Moisés?4 Dijeron:—Moisés permitió divorciarse de la esposa dándole un certificado de divorcio.5 Entonces Jesús les dijo: —Moisés les dio ese mandato por lo tercos que son ustedes. 6 Pero en el principio de la creación, “Dios los creó hombre y mujer. 7 Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, 8 y los dos serán como una sola persona.” Así que ya no son dos, sino uno solo. 9 De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido. 10 Cuando ya estaban en casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre este asunto. 11 Jesús les dijo: —El que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; 12 y si la mujer deja a su esposo y se casa con otro, también comete adulterio.